Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
Don nadie que se ha quedado con casi nadie desde que tiene memoria sabe que no hacen falta
Hijo, he aquí un hallazgo que te recomiendo no pasar de larg… ni olvidar: los humanos son bien lentos en dar… mas raudos cual rayo en recibir.
Las aceras siguen siendo ilegibles libros de pies cuyas páginas se revuelven al son del insomnio
Hazlo aunque llueva, porque llueva o no llueva, no se hace solo.
Al final podré perecer petrificado por perder un pulso de miradas
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
El bus veinte va como si no quisiera llegar al final.
Háblame de la fotogenia de la primavera de mis manos meciendo tus muslos y tus piernas
He aquí un hombre que se murió sin miedo a mirarse por dentro.
Tu resultado, no el precio que has pagado, es lo que envidian.
Más vale poco si es honesto y genuino que mucho y falso.
Mi abuela solía decir: “Gato escaldado del agua fría escapa”. A mí me gusta añadir: “Humano escaldado
Sin publicidad, sé una buena persona: he aquí el secreto.
No se echa en falta nada que sobra: como una mariposa que vuela a la pata coja.