Háblame de la fotogenia de la primavera de mis manos meciendo tus muslos y tus piernas
El bus veinte va como si no quisiera llegar al final.
Más vale poco si es honesto y genuino que mucho y falso.
Tu sonrisa es un soplo de aire fresco. Un pliegue de origami que desorienta.
No se echa en falta nada que sobra: como una mariposa que vuela a la pata coja.
Todos llorando por lo malo del mundo, como si no hubieran visto ni un gramo, de maldad. Y yo, sonrisa en mi cara,
Irrelevante: cuando nadas en el mar, la lluvia da igual.
Don nadie que se ha quedado con casi nadie desde que tiene memoria sabe que no hacen falta
Las canas son sabiduría que se desborda.
He aquí un hombre que se murió sin miedo a mirarse por dentro.
Querido, “hubos” hubo muchos pero no fueron tuyos. Pero “ahoras” sólo hay uno y te pertenece.
Hijo, he aquí un hallazgo que te recomiendo no pasar de larg… ni olvidar: los humanos son bien lentos en dar… mas raudos cual rayo en recibir.
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.
Mi abuela solía decir: “Gato escaldado del agua fría escapa”. A mí me gusta añadir: “Humano escaldado
Desde que desperté, me dediqué a desear dibujarla despierta y desnuda: danzando decidida