La vida se bebe a sorbos breves: como un buen vino.
El mundo es infinitamente complejo… hay infinitos matices entre el bien y el mal, así como infinitos tonos entre el blanco y el negro.
Querido, “hubos” hubo muchos pero no fueron tuyos. Pero “ahoras” sólo hay uno y te pertenece.
El cuerpo que te ha tocado es el resultado de una lotería que no has jugado.
Nunca fue fácil enfrentarse a lo frágil: pero aquí estamos.
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
El bus veinte va como si no quisiera llegar al final.
No te dejes engañar: las sonrisas de verdad pueden atravesar hasta las mascarillas más opacas.
Mientras tanto la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
Curioso caso: el que vivió sin ganas las acabó encontrando. La historia acabó: Quien vivió sin ganas,
La vida, qué ironía tan bella, termina siendo lo que pensamos de ella.
Irrelevante: cuando nadas en el mar, la lluvia da igual.
Los que más nos esforzamos en esto del vivir, te lo digo como si pudiera verlo, hemos visto a alguien dejar de hacerlo.
He aquí un hombre que se murió sin miedo a mirarse por dentro.
No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.