Las canas son sabiduría que se desborda.
Dejaremos de complicarnos la vida sin sentido el día que nos llamen simple y nos parezca un cumplido.
No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.
Detrás de esta sudadera desgastada y deshilachada guardo este acariciado, áspero y moribundo mundo. Detrás de esta cara de charlatán
Tus demonios internos se van a eternizar hasta que veas, que para vencerlos, los hay que abrazar.
Esta disputa —que el lector disfruta— de la zorra con las uvas me enseña
El cuerpo que te ha tocado es el resultado de una lotería que no has jugado.
Uno mendiga, muchos mirando el móvil: falta compasión.
Cantar bajo la lluvia está sobrevalorado. Yo prefiero ser lluvia bailando en tu ventana: cantando en claqué
La vida, qué ironía tan bella, termina siendo lo que pensamos de ella.
Larga es la historia, corta la conclusión: cada vez menos pelos en la lengua, más en el corazón.
La atracción de la luna siempre me pareció aterradoramente atractiva: como una buena mujer.
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.
La débil dedicatoria que le dedico… para hacerlos míos se está desdibujando entre ojeras desgastadas y lírica… y se está volviendo ilegible
¿Qué se supone que debe uno pensar si cuesta más leer y aprender de los fallos de los demás que beber y cometer los propios?