Valor y escasez.
Llevan las medias negro melancolía: como el corazón.
No se echa en falta nada que sobra: como una mariposa que vuela a la pata coja.
No sé a quién busco aquí, Padre: si lo estoy buscando a Él o me estoy buscando a mí.
Esta disputa —que el lector disfruta— de la zorra con las uvas me enseña
Querido, “hubos” hubo muchos pero no fueron tuyos. Pero “ahoras” sólo hay uno y te pertenece.
Vamos con prisa para llegar más rápido a ninguna parte.
Todos llorando por lo malo del mundo, como si no hubieran visto ni un gramo, de maldad. Y yo, sonrisa en mi cara,
Antes de empezar, vigila tus deseos: hay que ser digno.
Algunos se van a desilusionar, otros pensarán que es mentira, cuando les diga que lo que tiene valor en la vida no se puede patentar.
Hazlo o no lo hagas: no hay propósito alguno que te haga triunfar.
Dejaremos de complicarnos la vida sin sentido el día que nos llamen simple y nos parezca un cumplido.
Al final podré perecer petrificado por perder un pulso de miradas
Plantamos flores para cubrir las grietas en el corazón.
Caído una vez, levantado otra vez más: así es la vida.
Nunca fue fácil enfrentarse a lo frágil: pero aquí estamos.