He atado mis demonios a tu locura,
el vaivén de quimeras no me suelta.
No me deja esta sartén flameante,
de pensamientos impuros.
Oscilar tu cuerpo como bandera,
encanto y desencanto bisiesto.
Te has vuelto en mi,
como un circulo en un mándala.
Susúrrame al oído,
como el diablo un viernes.
Que nuestras voces sean unísonas,
tu rozar sienta la proa y explore.
No me digas no...
Bebamos el desenfreno,
construyamos un Babel ipso facto,
caminemos oyendo el chello.
He atado mis demonios a tu locura,
que venga el viento otoñal,
el tiempo, la muerte
y selle nuestra historia.