He escrito un mensaje hacia el borde del este,
he deseado entre sabanas en aquel papel.
He confesado que soy un fiel amante.
un hombre terco y pésimo en el ajedrez.
La he imaginado mirando las velas,
la he desvestido en una prosa común.
El desvarío aún me anhela,
e inerme he exclamado ante la tinta y la noche.
Ha sido este cuarto menguante,
¡quizás luna llena...!
Aquella inspiración viajera,
posa cuidadosa y me tiene como ofrenda.
Bella luna, bella mujer...
bellos reflejos en el manantial.
Blanca tu calma como la sal,
cintura curva como ola de mar.
Llegará a tus manos esta misiva,
guiada por este cuarto menguante.
Que lleva la noche, lujuria y amor,
de este caballero amante.