Me ha vencido la flojera,
los parpados pesan como láminas de acero;
quisiera ser como aquel ave que posa en el granero
y que me quiera el viento como aquel.
Viajar de lar en lar, sin necesidades,
cantar un solo tono, sin ser criticado;
beber de la fuente en la plaza,
mientras mojo las patas en él.
Estas viejas piernas no me sirven,
necesito sentir la paz y libertad;
vencer tormentas, cruzar praderas,
llanuras verdes y colmenas.
¿Caminar o volar?
Dos únicas opciones,
mi senil alma me deprime,
mientras el tiempo me describe.
¿Caminar o volar?
La arena ha culminado su función,
las sumas no tienen resultado,
el vértigo nunca me sostiene.
¿Caminar o volar?
necesito tu alas pajaro mío,
chapotea junto a los demás
las piernas me tiemblan en meneo.
¡Volaré! Lejos, tan lejos...
que nadie me vera, nadie me escuchara,
solo sentiré el extrañar,
de aquellos, muchos, quizás pocos.