Devaneo
El crudo recuerdo tácito, ha vuelto a exiliarme del orgullo.
Las amapolas han embellecido el seco jardín trasero,
mientras las moscas no paran de mirarse en los cristales,
frotando sus asquerosas patas que logro nítidamente escuchar.
Parados, erizados lo bellos del brazo al recordar el susurro,
que en vaivén se columpia como un ruiseñor dominical.
El piano ha emitido un sonido sin ser tocado, sin nadie estar a su lado. Los vecinos no tardaran en crear el bullicio y retener este Frankenstein en reposo.
Solo ha pasado un avión y he hecho zapping una vez y me congelé. Me he separado de la realidad, al recordar esos besos turcos y sensatos.
Aun sigue soñando el perro junto a la chimenea;
el fuerte olor a pasto húmedo podado, se ha posado en el olfato.
¡Libertad! ¡Libertad mental!
he gritado internamente, mordiéndome el miocardio y enredándome en mi mismo.
Es maligno este pensamiento ingrato,
fingiré que no me hace daño.
Fingiré que nada ha causado molestia, fingiré que nada me recuerda a ti.
