Sophiano Von Steingol

Crucigramas

Desconocí algunas frases entrecruzadas a pesar que tenía definiciones y sugerencias notorias. Como comúnmente las grillas asociadas a las referencias arrojaban mares, nombres, países o lenguas nativas. Para así poder asociar de manera vertical u horizontal la repuesta o resultado.

Esperaba el café y miraba de reojo a la mesera que anotaba sus pedidos con un lápiz que un día dejé por olvido de un apuro. Nadie se había dado cuenta que había creado un cementerio de gomas de mascar debajo de la mesa. Tantos años en la misma mesa, la misma silla, los mismos recuerdos, las mismas caras, aburridos chascarrillos, penurias, amores y desamores.

Miré de izquierda a derecha antes de cometer tal barbaridad y lo volví hacer. La mesera andaba acarreando unos panecillos de manteca de acá para allá. Mi mano derecha sostenía el lápiz y a la vez descansaba en el diario que solía comprar a Ruperto, el periodiquero de la esquina. Como rutina me gustaba tomar café y fumarme un cigarrillo en el restaurante de Bertha, una mujer gorda que conozco hace muchos años.  Me había acostumbrado a este lugar; andaba mi pasado vagando por esta mesa, al lado de la rocola. Me gustaba llenar el crucigrama, mientras veía la calle gris y escribía pequeños poemas en los bordes del diario.

Otras obras de Sophiano Von Steingol...



Arriba