Hoy 29 de abril
Amado hijo;
quizás no puedas verme, quizás no puedas sentirme o quizás puedas sentir la fuerza de mi energía al abrazarte. He tratado de abrazarte millones de veces, en la calle, al comer, al estar solo, al estar triste, al cantar, al cocinar, al pasear, al beber, al leer un libro, al escribir o al tocar cualquier instrumento. Siempre estoy ahí... creo que lo sabes.
Te comento que me encuentro en un lugar mucho mejor al que tú estás. Un mundo... donde no habita la maldad, la codicia, donde si abunda la eternidad.
Donde me encuentro aveces me cruzo con personas a la que admiras o tocas alguna canción. Me dicen que lo haces bien y eso me pone muy contenta. Se que me puedes ver en sueños y hemos pasado cortos momentos donde se esfuma la alegría a tu despertar. Recuerda que la vida es un ensayo, un crescendo, un simple estribillo. Espero que nos volvamos a ver y poder acariciar tu ondulada cabellera y poder besarte hasta desgastar los labios, sin necesidad de que despiertes triste o desilusionado. Te estoy abrazando en este momento, te siento triste, un poco opaco... ojalá no sea así... no lo debes estar.
Te deseo un feliz cumpleaños, recuerda que la celebración es porque en los trescientos sesenta días del año, no te ha pasado nada, aun estás vivo.
Sin nada mas que decir, ya que mi comunicación es limitada. Espero que me veas físicamente en algún sueño y vernos a los ojos. Me abraces tan fuerte y enjaules tu corazón entre mis huesos. Quedar en pausa eterna o en puntos suspensivos...
Te ama y te amará por siempre... tu madre.
Alicia Ingol