Elías De La Cera

El Caso Marja Bjalak

Según la crónica policial, el parricidio de Jan Bjalak (esposo de Marja) sucedió en la Nochebuena de 1953, en la sórdida localidad de Sobjenie, a unos pocos kilometros de Varsovia.

Vulnerable a las inclemencias de la humedad y los inviernos, la comarca fue asolada por una tempestuosa tormenta de nieve.

Marja, que era sensible a las señales y a los presagios, supo, de un modo misterioso, que un alma iría al infierno antes del amanecer.

La congoja del mal augurio le brotó en un llanto discreto y genuino. Ella aceptó con humildad y valentía esa trágica visión mientras realizaba las tareas propias de la vida campesina.

Jan, atado al potro del alcohol, bebía como mil demonios en la cantina de los bomberos del pueblo.

En esas rancias tertulias masculinas, Jan se solazaba en denigrar a Marja referiendola como una pazpuerca miserable y holgazana, incapaz de darle siquiera un hijo varón.

Poco antes de las doce comenzaron a repicar las campanas. La mujer de Bjalak encendió las velas y sacó de la cama a sus tres hijas (por las que tanto castigo corporal sufrió) para entonarles un hermoso canto mariano.

De repente, la puerta se abre de un golpe. El señor de la casa entró a trompicones. Apestaba a aguardiente. El vómito y la sed lo habían dejado deshidratado y con los ojos inyectados en sangre. Entonces fue cuando se  precipitó sobre sus propias hijas golpeandolas salvajemente. Marja se puso delante de ellas para protegerlas. Jan la tomó del cuello, le arrancó el vestido del cuerpo, y se dispuso a ultrajarla delante de las niñas.

Pero el destino tomó su curso. Desnuda como estaba salió corriendo por la nieve buscando un objeto con el que poder defenderse. El blanco frío le tironeaba la piel transparente. Encontró un hacha y entró en la habitación donde el campesino estaba violando a su hija mayor. Alzó el hacha sobre su cabeza y la dejó caer sobre el pederasta.

Quizá sintió algo de satisfacción al ver a ese mediocre tan seguro de si mismo agonizando en el suelo arcilloso. Sin embargo fue piadosa y de un segundo hachazo lo mató.

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