Aciago prisionero en grisáceo encierro
de poeta, cuenta ensimismado versos imperfectos
y aplasta impiadoso a los insectos
y talla minuciosos hexámetros de Homero,
de Virgilio, de Estacio, y de Ovidio.
Y como el gris Alonso Quijano,
yace soñando en postrado delirio
cosas que nunca sabrá el humano,
ni podrá cambiar por pompa ni por ornato.
Será una hazaña como la del molino
lograr un solo verso beato
en este sórdido ático mohino.