Día tras día.
Irrelevante: cuando nadas en el mar, la lluvia da igual.
Hazlo aunque llueva, porque llueva o no llueva, no se hace solo.
En efecto, yo –como cualquier elemento– lluevo lo que llevo por dentro. De hecho,
Llamad a Iberdrola, es urgente, la mayor cantidad de vatios y neón la dedican a marcas registradas y carbón para niños malos
Déjame que te cuente el lado oscuro del mercado: venderse a uno mismo está muy bien pagado.
Fuimos los perfectos políglotas: yo te hablaba en cristiano, tú me callabas en francés.
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.
Todo el mundo quiere ser inmortal, pero nadie se ha molestado en leer la letra pequeña: para ser inmortal
La débil dedicatoria que le dedico… para hacerlos míos se está desdibujando entre ojeras desgastadas y lírica… y se está volviendo ilegible
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
Los ojos de Ella eran de esos que parecían poseer un pedacito de infinito
Sol, gracias por levantarte todos los días e iluminar a los habitantes de la Tierra: ingratas hormigas que van a la car…
La vida, qué ironía tan bella, termina siendo lo que pensamos de ella.
Las aceras siguen siendo ilegibles libros de pies cuyas páginas se revuelven al son del insomnio
Las canas son sabiduría que se desborda.