Día tras día.
La atracción de la luna siempre me pareció aterradoramente atractiva: como una buena mujer.
El mundo es infinitamente complejo… hay infinitos matices entre el bien y el mal, así como infinitos tonos entre el blanco y el negro.
Vamos con prisa para llegar más rápido a ninguna parte.
Mientras tanto la gente intenta descubrir una forma de cubrir su carne desnuda que no se diluya
Don nadie que se ha quedado con casi nadie desde que tiene memoria sabe que no hacen falta
Mientras tanto, el eco de aquel beso inesperado resonaba en mi cabeza.
No te preocupes, deja que la vida ocurra como ocurre la vida misma: orgánicamente.
Qué cruel es la torre Eiffel: unos días me quiere, otros también, aunque no me lo dice.
Fuimos los perfectos políglotas: yo te hablaba en cristiano, tú me callabas en francés.
El prosaico patriotismo de la pila de platos sucios de la cocina no está patrocinado por ninguna puta compañía
Sin publicidad, sé una buena persona: he aquí el secreto.
Del maestro más mordaz, siempre somos aprendiz: las lecciones vitales siempre dejan cicatriz.
Tus demonios internos se van a eternizar hasta que veas, que para vencerlos, los hay que abrazar.
No sé a quién busco aquí, Padre: si lo estoy buscando a Él o me estoy buscando a mí.
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.