He muerto y mi cuerpo permanece.
Ya no soy lo que fui, ni siento igual.
Me recuerdo, sin embargo, de forma leve...
Sé lo que alguna vez fui de manera racional.
¿Cómo explicar la vida sin morir?
¿Cómo la muerte sin llegar a vivir?
Siento un vacío en el pecho mientras pienso,
recuerdo desde el corazón lo que ahora siento.
Ya no tengo raíz; tampoco sustento,
ni alimento, ni calor de hogar,
ni a quién abrazar o siquiera añorar
Un libro en blanco finamente encuadernado,
un lápiz en cada mano
y un par de ojos perdidos en lo lejano...
¿Qué queda de aquel que una vez fui?
¿Me reconozco acaso en algo?
Puedo usar el recuerdo del amor como alimento,
como aliento vital que favorece el crecimiento.
Mentiría si dijera que no temo.
Mas ante un espacio en blanco y el silencio,
sólo queda escribir junto al viento.