Soy alma, testigo y prueba
Despojado de aquello
Que nunca fue mío
Testimonio de existencia
Conservo la máscara
Para que me nombren
Mas nada más poseo
Parte de todo soy, esencia
Sin tribu, sin título, sin tierra
Hablo a todo aquello que no sos
Y sos todo aquello que no nombro
Las palabras mudas
Los silencios estridentes
Allí está la voz, allí la vista, el hálito
Habito aquí, sin embargo
Coraza tras coraza
Capa dura sobre carne blanda
Oro en la cicatriz, polvo
Puedo oír la lluvia, el viento
Al pájaro, al gato y al perro
A la noche, estrellas, luna
A la flor, al árbol y al musgo
A tu corazón que resuena
A tu sueño que al mío corea
A ti, alma que sonríes a través,
A ti que sabes, sientes, existes
Llamo, admiro, busco y hablo
Abro, el recinto sin puertas
Estiro la manta a la vera
Del río de la vida, de la existencia
Compartamos silencios
Volvamos, lleguemos, contempla
No hacen falta los ojos mas
Se asoma por allí, allá y acullá
Feliz de reconocer, de encontrar
Conectar, vivir la esperanza
Recibir la máscara, acariciarla
Estás en casa, pasa, la vida aguarda