Cruz María Salmerón Acosta

Mirada fatal

Miróme ayer una mujer hermosa
y su presencia me causó tortura,
vi la herida más honda y dolorosa
que he sufrido en mi vida de amargura.
Me ha entristecido tanto como aquella
mortal tortura que sufrí al hallarme
ayer tan repulsivo ante la bella
que a mi retiro vino a visitarme.
 
Todo ese día estuve arrepintiéndome
de la hermosura aquella, y prometiéndome
por siempre de sus ojos esconderme.
 
Y hoy tengo el corazón más dolorido
de vivir vanamente deseando
sufrir de nuevo la mortal tortura,
de ser visto otra vez por la hermosura
que con mirarme ayer me dejó herido
y con no mirarme hoy, me está matando.
Preferido o celebrado por...
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