Cruz María Salmerón Acosta

Embriaguez final

Al malogrado poeta José María Díaz

Nunca tuvo platónicos amores
ni gloria, ni aun legítima alegría;
desdeñó de la suerte los favores,
y algún pesar su corazón roía.
 
Tal vez sus versos líricos mejores
los ensayaba en medio de la orgía;
mas, yo no sé qué hiel de sinsabores
vertió en el llanto de su poesía.
 
Su vida de poeta vagabundo
que lástima inspiróle a todo el mundo,  
se fue agotando tras de azul quimera.
 
Quién sabe si por burla del destino
lo sorprendió la muerte en el divino
sueño mejor de su embriaguez postrera.
Preferido o celebrado por...
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