Ave cautiva que ve el cielo y como no puede soñar el sueño suave de su vuelo suelta sus trinos a volar. El ala es polvo y se levanta,

Antes, todos los años, Primavera, engalanabas mi jardín con flores, cuando la juventud para mi era un hada que me hartaba de favores. Como ahora no tengo quien me quier…

Los dos ojos azules que yo había p… los hallé al fin en otra linda faz… pero apenas mirarlos un momento he… pues lo mismo que antes los he vue… Esos ojos celestes para siempre se…

Una alegre mañana de músicas y aro… una bella princesa se bañaba en el… y entre la corriente que ahogaba u… su albo seno saltaba con temblor d… Perfumaban el agua las olorosas po…

Allá donde se besan mar y cielo, la vela del navío tan lejano finge el último adiós de tu pañuel… que aleteó, cual pájaro en tu mano… Te fuiste ayer de mi nativo suelo

Era mi poesía fea y triste, la poesía de mi corazón. Tú le pusiste música y la hiciste una bella canción. Tú le infundiste alma,

Sagrada cruz, yo sí te he profanad… entre unas manos de mujer querida, y en el tosco puñal con que he int… dar a mi corazón la última herida. Mas, cien veces, contigo me he abr…

Yo fui Quijote por algunos años y llena el alma de un ensueño herm… tuve en mi Dulcinea del Toboso los mil encantamientos más extraño… En mis luchas de pérfidos engaños

Tiene todo el encanto de una diosa… junto al río que besa su casto pec… de Venus, junto al mar azul y porc… que la envuelve de espumas, en un… En sus espejos líquidos dibújase g…

Un pedazo de mar y otro de cielo y una montaña de un azul profundo, forman la vista que, en mi eterno… contemplo yo desde un rincón del m… Por el límpido azul de terciopelo

Que vivan de la baraja los jugadores de oficio; porque el juego es un mal vicio para todo el que trabaja. Nos han metido en un puño

Caraqueña: recuerdo la ventana ent… desde donde cien veces me miraste… cuando yo era dichoso y por ti sen… pasión que con palabras no te supe… Todavía mi mente a explicarse no a…

En regio baile el Mariscal se apr… a derrochar la luz de su cultura; entre la noble sociedad en fiesta no es menos grande su marcial figu… Es el festejo en Guayaquil. La or…

Vuelan de los arbustos otoñales las hojas, como áureas avecillas; la palidez que cubre los rosales destiñe hasta el color de tus meji… Un oro muerto dora los viñales,

Ya se secó la mata que abrió un dí… la dalia que en el pecho te pusist… la tarde aquella, en que creer me… que yo amor inspiraba todavía. Me dio dolor mirar, amiga mía,