Augusta musa, divinal poesía;
si te ensalzaron liras inmortales
y tú mereces cantos celestiales,
¿cómo mi humilde voz te cantaría?
Yo adoro tu dulzura y tu harmonía,
la luz de tus divinos ideales,
y amo el fuego que guardan tus vestales,
llama del genio que a la gloria guía.
Mas si piadosa tú, cuanto eres bella,
también aceptas los humildes dones,
yo seguiré tu luminosa huella.
Toma mi lira de apagados sones,
y a un beso tuyo brotarán en ella
inspiradas, dulcísimas canciones.