No puedo más: mi corazón se parte de sus dolores al impulso fiero; que llegue un día en que te olvide… y no tengo valor para olvidarte. Que fue en la tierra mi destino am…

Tú eres altar de mi cariño santo; tú el solo bien de la existencia m… tú eres el astro que su luz me env… tu quien inspira mi amoroso canto. Tú eres del alma misterioso encant…

No sé qué pensará mi antiguo amigo al ver que en tanto tiempo, atrás… con mi largo silencio el suyo obli… Perezas del espíritu cansado, envuelto en los afanes del present…

Logré al fin con esfuerzo sobrehum… a la cumbre subir de esta montaña: muéstranse abajo, en pequeñez extr… el bosque espeso, la colina, el ll… Con cendales de púrpura engalano

Una flor de azahar me diste un día… que ya perdió su aroma y su hermos… para siempre murió cual mi ventura… marchita está cual la esperanza mí… Sobre su cáliz lágrimas vertía,

A tu sombra nací, Giralda mía, y con el aire que te besa aliento; de su arte soñador te hizo portent… la árabe raza triunfadora un día. De la reina gentil de Andalucía

Tiene, así como el cielo su rocío, su llanto el corazón; lluvia escon… que al hondo embate del dolor impí… corre de nuestros ojos desprendida… No sabremos quizá por qué lloramos…

Tejieron en tu honor, hermano mío, consagrados afectos bienhechores, esta corona de admirables flores, para librarlas de abandono impío. Les dio tu numen mágico atavío;

Ya que por mi biografía sabes de cierto quien soy, justo es que te mande hoy, hecho a pluma, con la mía, Mi retrato exacto y fiel,

Mírame tú; que si dolor impío rasga mi corazón con mano dura, como el rayo de sol la niebla oscu… disipa tu mirada el dolor mío. Mírame tú, porque la muerte ansío

Como labra el artista inteligente, del tosco barro, caprichosas flore… ánfora o busto, que el salón lucie… adornarán después con sus primores… Así labra también la inteligencia

El amor, ya sumiso, ya inhumano, a caprichosas leyes se somete: si es la mujer coqueta, es su jugu… si tiene corazón, es su tirano. La mujer y la flor son dos hermana…

Contemplando a las niñas en la cun… el ángel de la guarda así decía: ¡Cuán bellas son! su mísera fortun… a la región del llanto las envía! Unidas duermen, cándidos jazmines,

La soledad voy buscando, y yo no puedo encontrarla: en mi soledad más grande siempre el dolor me acompaña. Con la risa de mis labios