Mercedes de Velilla

Abrí mi corazón, de amar ansiosa

Abrí mi corazón, de amar ansiosa,
a una ilusión, como al nacer el día,
recogiendo las perlas que le envía,
abre su cáliz la purpúrea rosa.
 
Sobre mi corazón vertió amorosa
mi mágica ilusión luz y alegría,
y de esa luz al resplandor veía
resbalar mi existencia venturosa.
 
Más la rosa que al alba sonriente
abre su cáliz de frescura lleno,
del sol la abrasa luego el rayo ardiente.
 
Mi corazón, que de temor ajeno
a una ilusión abrí, luego inclemente
del desengaño lo abrasó el veneno.
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