Cuando corten mi tronco seco
la melena descoyuntada al viento
y cuenten uno a uno
los anillos que alguna vez
hube inventado
y las primaveras fallidas,
los inviernos azulados
disfrazados de verano
y los nortes perdidos
y los fuegos apagados
en brasas de eterno sur,
cuando cuenten los perfumes
que nunca me puse,
los sueños humanos
que nunca me soñaron,
cuando cuenten los silencios
que quedaron en duramen
prisioneros del miedo
entre palabras esclavas,
cuando cuenten las ausencias del agua,
las sequías del humedal
las compañías desacompañadas
y el musgo en la almohada,
cuando cuenten todo lo que creen que fui
reirán caducos los años
que se creían eternos
me acostaré en el tiempo inmortal
que resume lo efímero
de lo caduco frente a lo eterno
y seré tiempo recostado
que des-sufre las eternidades
del desencajado
y me articularé en sonrisa
y soplaré algún calor,
y otorgaré el nacimiento
de alguna ternura
y marcaré algún norte
y dispondré algún cariño
para aquellos que como yo,
troncos secos,
se olvidaron de contar sus anillos
y perdieron para siempre
el cauce del río.
© Maria Luisa Arenzana Magaña