Cuando vuelvas asegúrate, De destapar el vino, Fantasear destino, Compartir deseo conmigo. Cuando vuelvas ignora,
Ensayé de mala manera, Los últimos versos, De mis centellas, Noches en vela. Leyendo haciendo novela,
No lo puedo evitar, Soñar con la verdad, De la improbable manera, De apartar las metas. Y dejar lo individual,
Hay demasiado dolor, En el fuego cruzado, De invidente invasor. Cultivan a la coalición, Que embriaga al deudor,
Sostienes la mano, Apartas el tacto, Te satisfago. Como tú a mí, Inmóvil,
Pareciera como si el vestigio, Permaneciera en el simbolismo, De una pared en olvido, Un resplandecer de mitos. Afuera donde el destino,
Cuando uno cae, A la tempestad. Te absorbes en tu sangre, Ruborizas el enjambre, Te esparces.
Entre la prosa y tú, Está la poesía, Que sale de día, Y se pierde de noche. Cantan los reproches,
Una copa de vino al infinito, Un último verso, Una nota al reverso, Del revés de sufrimiento. Una poesía en adoctrinamiento,
Los fascistas no usan uniforme, Ni extraen sus mentiras, Con incompletas verdades. No destrozan desde tanques, Lo hacen en la clandestinidad,
Como un cristal roto, Contra los labios, Un despintado marco, Un decibel de milagros. Una flor en terrenos vagos,
Se dice que en Burj khalifa, Se mide su altura, En el consumismo, De su altruismo. Gigantes dormidos,
Se perforó la arritmia, Grises de robles, Pestilencia cónyuge. Sin adioses, Se comienzan,
Yo no escribo para ganar premios, No lo hago y se nota, No me subo a ser compatriota, Del talento único. No persisto en un mundo,
Metros dentro, metros hacia abajo, Gritos de externos, mostrar un har… Ruedan las Cibeles de una plaza d… Casi es de héroes el cementerio so… Subastan las leyes en mundo de otr…