Sostienes la mano, Apartas el tacto, Te satisfago. Como tú a mí, Inmóvil,
Metros dentro, metros hacia abajo, Gritos de externos, mostrar un har… Ruedan las Cibeles de una plaza d… Casi es de héroes el cementerio so… Subastan las leyes en mundo de otr…
Chago se levanta temprano, Se asea, toma un baño, Almuerza algo rápido, Suspira un café amargo. Chago soporta el letargo,
Desprendió un poco de su madera, Atizó el borde con agua fría, Magreo la pieza de la rutina, Congelando la risa proscrita. Atrapó el calor de una despedida,
Gritos de pasión y suerte, Estímulos valientes, Dulce sensación, El viento sobre las redes. Muestra sus dientes
“¿A que sabe?” A que sabe el dolor, De una nota de despedida, Decorada con alcohol, Un tahúr homicida.
Una copa de vino al infinito, Un último verso, Una nota al reverso, Del revés de sufrimiento. Una poesía en adoctrinamiento,
Yace de una ventana, El último grito, Del extinto héroe. Ya sin ser fuerte, Se mantiene,
¿Quién te cubre de hielo? En fino desafiar, Negándote el cielo, Donde te fuiste a imaginar. ¿Quién no te escribe?
Hay demasiado dolor, En el fuego cruzado, De invidente invasor. Cultivan a la coalición, Que embriaga al deudor,
Entre la prosa y tú, Está la poesía, Que sale de día, Y se pierde de noche. Cantan los reproches,
Ensayé de mala manera, Los últimos versos, De mis centellas, Noches en vela. Leyendo haciendo novela,
Se importunaba al esperarla, Vestido de negro, Al pie de un florero, De la colonia centro. Eran días de prisa,
Soñé que estabas, Presente, impaciente, Rebelde. Sin memoria, Elocuente,
Tallare de flores tu tumba, Cuando te vayas, Cuando ya no estés, En mi fin de mes. O me critiques,