Se voltearon los relojes, El tiempo se esconde, Viejo bucle de flores. Hay fotografías no tomadas, Malas decisiones no realizadas,
Camino sesgado a pies cansados, Manipulando mis horarios, Contando baldosas, Añorando un cielo azulado. Preguntando, tal vez pensando,
Se perforó la arritmia, Grises de robles, Pestilencia cónyuge. Sin adioses, Se comienzan,
Como esperas que no olvide, Si al mirarte distante, Con el habla inoperante, Hacia mi parte. Fue solo estrategia,
A Luis le aterraba el hecho, De dejarse tocar los dientes, Aunque el dolor era insoportable, Y la atención un desplante. Se vaciaba en soportar el hambre,
Hay besos que conquistan montañas. Hay besos para las tres de la maña… Para despertar entre las pestañas, De una noche de placer postergada. Hay besos románticos de bienvenida…
Yo no escribo para ganar premios, No lo hago y se nota, No me subo a ser compatriota, Del talento único. No persisto en un mundo,
Se importunaba al esperarla, Vestido de negro, Al pie de un florero, De la colonia centro. Eran días de prisa,
Como un cristal roto, Contra los labios, Un despintado marco, Un decibel de milagros. Una flor en terrenos vagos,
No lo puedo evitar, Soñar con la verdad, De la improbable manera, De apartar las metas. Y dejar lo individual,
Se dice que en Burj khalifa, Se mide su altura, En el consumismo, De su altruismo. Gigantes dormidos,
Pareciera como si el vestigio, Permaneciera en el simbolismo, De una pared en olvido, Un resplandecer de mitos. Afuera donde el destino,
Cuando uno cae, A la tempestad. Te absorbes en tu sangre, Ruborizas el enjambre, Te esparces.
Soñé que estabas, Presente, impaciente, Rebelde. Sin memoria, Elocuente,
Tallare de flores tu tumba, Cuando te vayas, Cuando ya no estés, En mi fin de mes. O me critiques,