De pronto suena en la noche una sirena de alarma, larga, larga, El aullido lúgubre

Tú has trabajado veinte años para reunir veinte millones de pesos pero nosotros

Te doy Claudia, estos versos, porque tú eres su dueña. Los he escrito sencillos para que tú los entiendas. Son para ti solamente,

Nuestro amor nació en mayo con malinches en flor —Cuando están en flor los malinches en Managua—.

Tú ni siquiera mereces un epigrama

Uno se despierta con cañonazos En la mañana lleno de aviones Pareciera que fuera la revolución

Tú que estás orgullosa de mis versos Pero no porque yo los escribí Sino porque

Hay un lugar junto a la laguna de Tiscapa —un barco debajo de un árbol de quelite— que tu conoces

Como canta de noche la esquirina al esquirín que está sobre otra rama

Tal vez nos casemos este año amor mío, y tengamos una casita

Todavía recuerdo aquella calle de faroles amarillos, con aquella luna llena entre los alambres

Viniste a visitarme en sueños pero el vacío que dejaste cuando te fuiste

Me contaron que estabas enamorada de otro Y entonces me fui a mi cuarto Y escribí ese

Tú eres sola entre las multitudes como son sola la luna Y sólo el sol

Al perderte yo a ti, tú y yo hemos perdido: yo, porque tú eras lo que yo más amaba, y tú, porque yo era