Cruz María Salmerón Acosta

Corazón otoñal

Vuelan de los arbustos otoñales
las hojas, como áureas avecillas;
la palidez que cubre los rosales
destiñe hasta el color de tus mejillas.
 
Un oro muerto dora los viñales,
como esas hojas de las manzanillas
también en mi alma, por mis viejos males,
están mis esperanzas amarillas.
 
En el otoño el campo palidece
pero el campo muy pronto reverdece,
y en mi vida, que ayer se marchitara,
 
el último rosal ya no retoña,
como si para siempre se mustiara
todo jardín del corazón que otoña.
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