Sol, gracias por levantarte todos los días e iluminar a los habitantes de la Tierra: ingratas hormigas que van a la car…
No soy ningún –ista ni practico ningún –ismo: sólo soy un artista que piensa por sí mismo.
Desde pequeñito crecí igualito que un camaleón: un ojo en el presente –que es buen… otro en el pasado –que fue mejor–.
No hay momento más letal que cuando la tóxica quemazón de la decepción se te hace familiar.
No se echa en falta nada que sobra: como una mariposa que vuela a la pata coja.
Vístete de aire, de brisa y ven a verme.
Después de muchas vueltas y algún que otro tropezón, te das cuenta: no es la cabeza quien recuerda, sino el corazón.
Nunca fue fácil enfrentarse a lo frágil: pero aquí estamos.
Mientras tanto, el eco de aquel beso inesperado resonaba en mi cabeza.
Plantamos flores para cubrir las grietas en el corazón.
He aquí un hombre que se murió sin miedo a mirarse por dentro.
La nueva normalidad solo dejará de ser nueva cuando vuelva a ser normal.
Sin publicidad, sé una buena persona: he aquí el secreto.
Los que más nos esforzamos en esto del vivir, te lo digo como si pudiera verlo, hemos visto a alguien dejar de hacerlo.
El burdo burdel de El Llano ya no ofrece masajes a cuatro manos.