Versión adaptada
Larga es la historia, corta la conclusión: cada vez menos pelos en la lengua, más en el corazón.
Voy a lanzarme a ver si existo: sin perdón, sin excusas, sin permiso.
Déjame que te cuente el lado oscuro del mercado: venderse a uno mismo está muy bien pagado.
Más vale poco si es honesto y genuino que mucho y falso.
Todos los días sonrío, o es que no lo ves: unos días al derecho, otros al revés.
En efecto, yo –como cualquier elemento– lluevo lo que llevo por dentro. De hecho,
Tu sonrisa es un soplo de aire fresco. Un pliegue de origami que desorienta.
A veces, el fuego se enamora de todo lo que toca. En esas veces y solo en esas el destino, lejos de ser desatino, es justicia poética.
El cuerpo que te ha tocado es el resultado de una lotería que no has jugado.
Vístete fuego, viste té y hierba en el pelo: arriba el cielo, abajo el trigo
Se oye un sepelio por los muertos por dentro: vida sin ganas.
La débil dedicatoria que le dedico… para hacerlos míos se está desdibujando entre ojeras desgastadas y lírica… y se está volviendo ilegible
Desde que desperté, me dediqué a desear dibujarla despierta y desnuda: danzando decidida
Las canas son sabiduría que se desborda.
Cualquier domingo anónimo cojo y me atrevo a salir de casa con el nombre puesto…