Alfredo Arvelo Larriva , el más grande de los poetas venezolanos del Modernismo, empleó con gran maestría el lenguaje ingenioso, como era frecuente en los poetas modernistas. Ese ingenio se ve muy bien en este soneto, escrito en la cárcel, que Arvelo Larriva dedicó a don Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645), uno de los más grandes poetas españoles de siempre, quien tenía fama, bien ganada, de ser, además, muy galante y un esgrimista consumado.