Yo no puedo volver,
porque sé que cuando vuelva,
si vuelvo algún día,
ganándome el ansia,
empapado y desesperado,
a la nostalgia lloraré.
Y así, de tanto llorar,
llegará una tarde de sequía,
en donde allí,
al fin de la noche,
en las olas del mar me hundiré.
Entonces,
entre tanto recuerdo
y cosas jamás dejadas,
a la madrugada,
ebrio de suspiros,
beberé y cantaré.
Hechizado de luna y de mar,
sonámbulo a una canción del pasado,
no tendré la fuerza para detenerme:
con rocas de arena
hacia el fondo del mar me arrojaré:
por los secretos de la humedad
dejándome de algas envolver.
Allí me ahogaré.
Moriré.
...
y por esto,
preciso,
es que no puedo volver.
VDL