Un día como hoy partí
en una barca
a descubrir los misterios
que se encontraban detrás del horizonte,
más allá de la línea divisoria
que separa la realidad de la fantasía
y los sueños de lo ordinario.
Un día como hoy me sumergí
en aguas profundas
que me habrían de llevar
a un nuevo mundo
cargado de fantasmas
que no eran buenos ni malos,
sino solamente fantasmas
con los que tendría que lidiar
para descubrir los secretos
del mundo y de mi persona,
un mundo en el que no había
ni luz ni sombra,
sino sólo transparencia,
y brisa fresca,
y otras almas buscando la libertad plena.
Un día como hoy
partí en aquella barca,
y aunque tiempo después volví,
la verdad es que jamás
hube partido de allí.
Me quedé,
y sigo allá.
Y un día como hoy
sigue siendo aún hoy.
VDL