El Silencio,
Mi tibieza
Un viejo anafre de agonizantes brasas
De casa húmeda
colmada de nostalgia color nada
Se burla al humear,
al perder su color
Gélidas cenizas
Grises,
como la ciudad que habito
Por la ventana,
se ven llamas
hervor bullicioso
voces,
ruido rojo que ciega
que venda la mente
y la última idea de voluntad
Se apaga,
se vuelve misero
Soplo,
no queda viento que asista
Ni aire que exhalar
Busco el manto de abrigo
Cedo, mi hoguera corporea
viejos poemas lo permiten
poemas
que ya son fantasmas
enfrían la calidez del ser
y se rien de nosotros
Como en aquellas noches
ardientes amaneceres
melodías de otoños amarillos
versos en ruinas
que nunca fueron mios.
Busco un trago,
me hablas
Ya no se lo que dices
Ya no se que decirte
Seguiremos cómplices?
eres purgatorio en mi comedia
conciencia rebelde
un insecto en mi oído
rey del silencio guía.
Esta noche,
nos cobijaremos
en un cállate tú
nooo, tú...
sonreir y decir
tshhh
sabremos Redimirnos
De la llama externa
Que nos desvía
del goce mutuo
Perdón la torpeza,
cuando amanezca
Arderemos
por siempre
En candente y silenciosa sincronía