La fuerza,
Esa intrínseca que tenemos las poderosas.
Fuerza que agota,
Que te congela, que te hace fiera
La que no te permite el descuido,
Porque el mundo lo salvamos nosotras.
Porque viste el túnel,
Lloraste como nadie
Conociste el silencio del martirio
De la caricia autoregalada
Porque es la única honesta
Una aprende que el drama, tiene sólo horas de vida
Como en un capítulo de teleserie
No hay marias que nos salven,
Ni brazos grandes que nos guarden
el cuerpo, el único cobijo certero
el llanto, el único baño sanador
no hay tiempo, para la queja
es peligrosa, y consume
El amor sana,
cuando se está a la altura
O es un paso en falso
que nos hunde y corrompe
no hay tiempo
somos yo y yo
solas frente al mundo
nadie nos salvará
ni la biblia
ni el poder
ni el deseo.
Ni las Violetas
Ni las Storni
Nuestra propia poesía
Sin rimas ni pretensión.
La vida, el ojo
El oído
El viejo, el ciego
El niño, la abuela
Las calles, el murmullo
El paso de cebra
Los almacenes, los ebrios
Las locas y el carnicero...
Ese que se ríe, cuando le pregunto si tiene corazón
El chofer, el guardia, la florista
El cantinero y el barrendero.
Nada me hace sentir más viva que el observar
No hay tiempo
Todo es tremendamente encantador
Encantarse, vivir... como sea
Pero vivir