Nací en enero, cuando dioS estaba enfermo, escapé antes de lo dictado de ese vientre materno, creo que por ansias de libertad.
Nací en enero, cuando dioS estaba enfermo, escapé antes de lo dictado de ese vientre materno, creo que por ansias de libertad.
Cargo con los nombres de mis abuelas, mi rebeldía es la de ellas, y mi martirio elegido es ser la sabia de la tribu a pesar de la invisibilidad de esto.
La rara e incomprendida, con la sensibilidad y error de nadie.
Me muevo, me alejo de las ciudades, me alejo de los amores insensatos y de los espacios sin alma...
Vivo un personaje que agota, de fortaleza que todos admiran, una aprende a obligarse a ser junco, cuando quieres ser fruto de temporada.
Aprendí a no odiar, no caer en provocaciones, a valorar en el momento y agradecer cada instante. No quiero ser obligada a vivir en disgusto, sufro... y mucho, en silencio.
Cuando niña era la sabia, que todo lo podía; me he dado cuenta que eso pesa, hoy soy una adulta que quiere ser niña, simple y graciosa... asombrarme de todo y amar honestamente.
Todo es un juego, vivir, crear, aprender, enseñar, que nunca se acabe el goce.
Esto es...
...Sólo un lugar de expresión, de la lejanía del ruido, de la compañía del silencio.
No hay pretensiones, ni sabiduría en la palabra, ni laureles que otros añoran...
Para mí, el éxito es este momento, un vino, un viejo poema, canciones que no suenan en la radio y el ronrroneo de mi diosa ... Bendito silencio, bendita mi compañía, benditas mis ganas de vida, a pesar de lo dificil que se ha puesto... Nunca, pero nunca cambiaré de camino... Yo aún sigo siendo mecenas de la esperanza.
Por mis ancestras, por el amor que decidió partir, por el hijo que no llegó, por la sonrrisa de mis amados padres.