No te precipites a caer en tentación
Libérate primero del peso de la dualidad,
El arma homicida de la segregación humana.
Yo me libero con la caída del granizo sureño.
Me deslizo sobre los cuerpos
Como serpiente ingenua que ignoró al fuego.
Siento el frío vacilante de los ríos
Traspasar la piel
Como demonio natural que se apodera de los huesos.
Soy el mantel que cubre la mesa de tus penas,
El diseño florentino que recibirá las migajas de pan que caen de tus ojos.
Demuéstrame que somos uno,
Mostrándome en cámara lenta
El florecer de tu sonrisa.