Yo canto lo que tú amabas, vida mí… por si te acercas y escuchas, vida… por si te acuerdas del mundo que v… al atardecer yo canto, sombra mía. Yo no quiero enmudecer, vida mía.

Alfonso Reyes creó entre nosotros el precedente de las notas del autor sobre su propio libro. Cargue él, sabio y bueno, con la responsabilidad de las que siguen. Es justa y útil la nov...

Es verdad, no es cuento. Hay un Ángel Guardián que ve tu acción y ve tu pensamien… que con los niños va doquiera van. Tiene cabellos suaves

Yo no quiero que a mi niña golondrina me la vuelvan; se hunde volando en el Cielo y no baja hasta mi estera; en el alero hace el nido

Largo cuento de mis años, historia loca de mis días. Si no lo digo no lo creen y contada sabe a mentira. Ha sesenta años que en el Valle

Señor, tú sabes cómo, con encendid… por los seres extraños mi palabra… Vengo ahora a pedirte por uno que… mi vaso de frescura, el panal de m… cal de mis huesos, dulce razón de…

Fina, la medianoche. Oigo los nudos del rosal: la savia empuja subiendo a la rosa… Oigo las rayas quemadas del tigre

Donde estaba su casa sigue como si no hubiera ardido. Habla sólo la lengua de su alma con los que cruzan, ninguna. Cuando dice “pino de Alepo”

Yo he visto, yo he visto mi monte Aconcagua. Me dura para siempre su loca llamarada y desde que le vimos

Del hombre fugitivo sólo tengo la huella, el peso de su cuerpo, el viento que lo lleva. Ni señales ni nombre,