Romped la marcha de hierbas
que la hierba no rompéis;
la muy amante retorna
y la danzáis otra vez.
Romped cebadas y trébol
que ninguno romperéis:
la hierba herida se alza
y la bailáis otra vez.
Bailad los pastos floridos
y los que han de florecer;
los trigos que ya segaron,
los no sembrados también.
Quebrad esta nuez del mundo,
esta ansiedad, esta sed (2).
Cabello y brazos al viento,
bailad como que voléis.
Haced como que soltaseis
vuestra vida de una vez;
y con son y ritmo eternos
la danza eterna bailéis.
Bailad como que soltaseis
cuerpo y alma de una vez.
Y si habéis perdido todo
mejor que nunca dancéis.