#EscritoresEspañoles
Ya poseemos casi todo lo que nos iba a hacer felices. Puede decirse
El futuro es vuestro, chavales, decían, como quien te dice que te ha tocado algo,
Enamorarse es fácil. Uno puede enamorarse —sin demasiado esfuerzo— varias veces al día, a nada
Cuídate mucho de los que sólo miran, de los que siempre están detrás, de esos a los que nunca
Un simple comentario a destiempo, sin ninguna intención.
Están cogidos de la mano en silencio, bajo los soportales. El niño mira su columpio, muy triste,
Sale de la marquesina y mira hacia la izquierda; vuelve y reinicia su pequeño “claqueteo” nervioso. No aguanta más, se muere, necesita
Ándate con cuidado, que no se entere nadie de que lo pasas bien, que tu vida funciona, y eres feliz a ratos.
No es que moleste en sí, pero cuesta acostumbrarse. Eso de que vayas por ahí
Vencido, una vez más. Por el amor… el odio, o por la vida que no hace concesiones ni da treguas. Aquí, en la esquina de un siglo
Las primeras tienen su cosa, es cierto. Otra vez con el trago en la mano, uno se siente a gusto de sentirse tan mal, de tener ese cuerpo,
Cosas de la edad, supongo: te da por mirar atrás,
No es el de la niñez, aquellas mañanas de diciembre, a lo largo del río, hacia el colegio. Ni se trata tampoco de aquel otro
Es lo que tiene, el amor: empiezas siendo el galán protagonista
Un paquete de tabaco, un libro de poemas, cuarenta duros para tomar unas cervezas... Poca cosa, es verdad: