#EscritoresEspañoles
Las primeras tienen su cosa, es cierto. Otra vez con el trago en la mano, uno se siente a gusto de sentirse tan mal, de tener ese cuerpo,
Vencido, una vez más. Por el amor… el odio, o por la vida que no hace concesiones ni da treguas. Aquí, en la esquina de un siglo
A veces —cuando observa en los bares la sana desvergüenza de los jóvene… los rescoldos de una oscura pasión avivan su mir…
Ándate con cuidado, que no se entere nadie de que lo pasas bien, que tu vida funciona, y eres feliz a ratos.
Lentos por las aceras, inmóviles en las repisas, aovillados
Alegra esa cara, hombre —dicen, dándote una palmadita en la espalda–, hay que ser más
Llegan y se van sin hacer ruido —como buenos clientes—, luego el tiempo los confunde
Es lo que tiene, el amor: empiezas siendo el galán protagonista
Un paquete de tabaco, un libro de poemas, cuarenta duros para tomar unas cervezas... Poca cosa, es verdad:
Nunca lo he visto antes, pero conozco a ese hombre. (Si me acercase, distinguiría en sus ojos
Están cogidos de la mano en silencio, bajo los soportales. El niño mira su columpio, muy triste,
Cuídate mucho de los que sólo miran, de los que siempre están detrás, de esos a los que nunca
Tendría alrededor de ochenta años, estaba atascada en un semáforo, como un barquito de vela bajo la tormenta,
Como a veces nos viene a la memoria algo sin importancia que dejamos para el día siguiente
Como el viento que encuentra una rendija y se cuela en la habitación y lo desordena todo libros