Contigo, el mundo cobra un vivo sentido,
Tu mirada ilumina mi senda errante.
Por ti, mi corazón arde encendido,
Un amor eterno, resplandeciente y constante.
En tus brazos, la noche es un refugio cálido,
El tiempo se detiene en tu dulce regazo.
Tus besos son la miel que cura mi espíritu pálido,
Y tu voz, música que alegra mi alma y ocaso.
El amor nuestro es un misterio cautivador,
Un pacto sellado bajo el cielo estrellado.
Tu presencia disipa cualquier temor,
Y en tus ojos, el enigma del mundo he encontrado.
Contigo, el mundo cobra un sentido sublime,
Una sinfonía de amor y sueños que prometen.
Tu mano en la mía, un lazo indestructible,
Un amor que florece, eterno y vehemente.