Nubes blancas, cristalinas, suspendidas en el cielo,
han de dispersar la luz con su evolución y movimiento,
cambiando su densidad se glorifican en el viento,
debo admitir que de las nubes siento celos.
Imagina tal facultad,
imagina cambiar de forma las veces que te plazca y no ser cuestionada,
solo apreciada, fotografiada, mundialmente interpretada...
Nubes blancas que atestiguan del sol sus secretos,
sólo las nubes conocen sus mañas y defectos,
por eso si de arder se cansa el astro rey,
las nubes se entristecen y se ponen a llover.