Me vería proyectada,
mis manos limpias, un lago cristalino,
un silencio que rodea la naturaleza.
Una mente vacía es lo que necesito, una mente vacía es lo que necesito.
Tomada de los extremos, abriría mi mente,
y la inclinaría hacia un costado para que pueda vaciarse en el lago,
que no quede ni una sola gota, que quede una nada en su interior.
¿Sabes lo que pasa si no lo hago?
¿Podrías escuchar todo lo que tiene dentro?
yo no lo creo, no lo creo ni un poco.
Una mente vacía es lo que necesito,
nadando por este lago me encontré con otras almas,
almas puras, divinas,
brillan como el reflejo del sol en estas aguas,
su dirección era clara, no parecían perdidas,
yo era la única desorientada preguntando a donde ir,
como siempre, preguntando a donde ir.
Una mente vacía es lo que necesito,
que se vaya el ego y mi desconfianza,
que se vaya esta gran decepción que siento,
que se vayan las creencias absurdas y limitantes,
las voces,
que me aseguran que no soy suficiente,
que se vayan las navajas que me cortan por dentro cada vez que recuerdo a los que ya no están aquí,
que se vaya esta mente y que regrese la vieja,
que regrese esa parte de mi alma que ama desenfrenadamente, con confianza, pasión y alegría,
¡quiero que vuelva!
¡quiero sentirla!
que se vaya el dolor, sólo, por favor, que se vaya...
que se vacíe mi mente,
que se vacíe toda, que no quede nada,
no importa si quedaría sólo un vacío, no importa si hay demasiado espacio,
allí podrá entrar la luz, el amor, la calma que tanto ansío.
Sólo el agua podría purificarme,
así que tomo mi cabeza y la vacío en ella,
que no quede nada, más que un silencio,
reparador, tranquilizante...
Silencio...
Paz...
Una mente vacía es lo nesesito, una mente vacía es lo que necesito.