La poesía es esa construcción hecha a mano con sensibilidad,
sueños, historias y cuentos,
siento, cada letra que emprende un viaje desde mi sangre hasta mis dedos,
y de pronto cuál relámpago, aparece la magia de una palabra escrita en el cuaderno.
No es que me prive de conversar,
pero en las multitudes uno ríe, asiente y calla,
¿cómo mostrarse al desnudo en las palabras,
en donde sólo se habla de trajes, política y corbatas?
La poesía es el salvavidas que te ve en el agua y de inmediato acude a rescatarte,,
cuando las olas de la emoción y el pensamiento terminan por ahogarte,
te da respiración de boca a boca, y con repeticiones iguales,
las palpitaciones son restauradas a sus ritmos originales.
La poesía es el camino a la honestidad, donde no existen espacios para la prudencia, el comportamiento y lo “políticamente correcto,”
no hay una voz que manifieste desacuerdo,
tampoco preguntas para buscar algún sentido,
tan sólo la placentera, rica y dichosa libertad de permitir ser uno mismo.
La poesía es un par de alas de mariposa que jamás te aquietan,
las voces internas, aunque agridulces, no te silencian,
es aprender a verte a ti mismo en cada particularidad de la vida,
y la conjunción de las estrellas, el sol reluciente por el día,
reservado sólo para que los amantes se declaren con valía,
esto y más, mucho más, es la poesía.