Necesito un doctor (personas altamente sensibles)
Writter Armida Patterson
Necesito un doctor.
Que ordene para mí una cirugía,
que prepare una habitación,
que mi nombre ponga en una camilla.
Que me sede por completo, y me pida contar hasta diez,
hasta yo cerrar mis ojos,
hasta sentirme desvanecer.
Necesito un doctor que al tenerme sedada utilice un bisturí en mi corazón,
lo retire de mi pecho el tiempo suficiente para su observación,
que le reduzca una cantidad considerable de emociones,
sin extraer las necesarias, sólo las que excedentes que fumigan mis razones,
debe haber una vena mal acomodada, alguna desviación que no deje conectar mejor mi pensamiento,
debe haber una explicación para mis problemas al dormir,
para que me sobrepase lo que siento..
Necesito un doctor,
que se presente en la sala de espera para informarle a los míos,
que les diga que no había de qué angustiarse,
que mi corazón se ha reparado y ponto volvería a estabilizarse,
que nunca necesité dramatizar,
que jamás fingí,
que era real.
Que la anatomía le daba explicación a mi malestar,
a mi siempre intensidad emocional,
que incluso tenía un ecocardiograma que podría interpretar,
las desviaciones de mi corazón quedarían, por fin, a la vista de todos,
dejaría de necesitar tenerlo que explicar.
Necesito un doctor,
que me envíe a casa una vez me encuentre estable,
que me haga tomar medicación,
sólo para acelerar la recuperación.
Que pasando unos meses regrese a citarme con él,
y entonces yo pueda agradecerle por haberme hecho libre,
porque de sentir no me quejo,
sólo de sentir, les juro, que no me quejo.
