Engreír a mamá, dulce bendición, sol en nuestra piel, luz del corazón. Manos que nos dan

En los pliegues del viento, duerme la tinta dormida, susurros de un tiempo ido que el alma nunca olvida. Las letras, aves sin nido,

En la quietud que anuncia Nochebu… mi madre, un ángel, calma mi torme… su risa dulce al alma me sustenta, y en su mirar no cabe sombra ajena… Es luz que guía, llama que encaden…

Tal vez mi mirada no sabe callar. No ve solo el río, y ve todo el mar. Si miro una estrella,

En la quietud del alba, cuando el rocío besa la flor, la semilla rompe su calma, buscando el rayo del sol. El río no nace río,

Mi mamá es un hada Mi mamá no tiene alas, pero vuela sin cesar, con un beso y una nana me hace al cielo viajar.

Vino y pastel, queso y anís, trae el laurel y el toronjil. Panza feliz,

Su sonrisa es sol, y resplandece como brisa dorada en el estío, y su rayo sutil y luminoso despierta mi delirio. Su sonreir es sol, y lleva impreso