La vida canta, su risa es un torrente, sol que levanta las sombras de la mente. Florece el día,

Ahí viene la mariposa, con su vestido de sol; bailoteando entre las hojas, como un sueño de color. Va cantando con el viento,

Luz de la noche, testigo callada, susurro eterno de un tiempo perdid… brillabas dulce, con calma dorada, sobre el sendero que nunca he olvi… Tu rostro pleno de plata y de enca…

En la brisa va mi canto, como el río en su rumor, vuelve y vuelve su dolor, como el eco de un quebranto. Lo que amé quedó en encanto,

Usted es un trozo de pan, calientito, recién hecho, con el alma generosa y el amor en cada gesto. Tiene un corazón tan grande

No es su aroma, ni el tacto de sus pétalos dormido… ni la sombra que proyecta bajo la tarde extinta. La rosa es otra cosa.

El pastel volador Tina y Tomás quisieron hornear un gran pastel para merendar. Pusieron harina, pusieron miel, pusieron un kilo de azúcar también…

Un día, en la inocencia del juego… sus ojos me atraparon sin saber, y en su risa hallé un brillo tan t… que mi alma empezó su amor a tejer… Ella jugaba, libre como el viento,

Por eso siempre seremos, porque el tiempo se empeña en pasa… pero no logra borrar las huellas que dejamos en los pliegues del alma.