I
¿Pensaste bien de alguien?
Pierde cuidado y piensa:
del error nace la ciencia.
II
Dos cosas hay en el mundo
al mismo tiempo y sin par:
agua en el cielo profundo,
oro en el fondo del mar.
III
Digna maestra es la pena
si acompaña buenas nuevas.
IV
Para esos hombres, mujeres y quimeras
que en nada creen, que de todo dudan:
por cuán enormes e insípidas riquezas
han condenado su enano corazón.
V
Al temerario no por los cuernos,
por el costado:
más vale burlar que ser burlado.
VI
Aprendiz de ruiseñor,
no hay mejor enseñanza
que oír con atención.
VII
Hay dos maneras de ser sincero:
decirlo todo y hablar sin miedo.
VIII
La indecisión
es una piedra
pesada y negra,
liviana y clara.
IX
¿Tanto para tan poco?
Preguntó un hombre sin saber.
Tanto en tanto poco,
le respondió un loco sin querer.
X
¡Qué pequeño el mundo!
Dice a su alma el viajero.
Y ¡cuán extenso el mundo!
Dice a su alma el portero.
XI
Fruto, deseo no cumplido,
mañana no sabrás lo mismo.
XII
Es sabio el que separa
verdades de rumores,
lo mismo que el artista
las sombras, los colores.
XIII
Cuando vayas para viejo
ten presente, en contraste:
sólo el vino más añejo
pega fuerte sin pararse.
XIV
El otoño
también adorna
las nuevas calles
con secas hojas.
XV
El mejor de los gatos
es el que pasa por liebre,
el mejor de los engaños
es el que no lo parece.
XVI
Un escultor a su hijo:
tensa el arco,
¿ves su espanto?
Falla el tiro.
XVII
El vendedor ambulante
qué vulgar me parecía
hasta que oí sus palabras
pregonando: ¡Vida, vida!
XVIII
Así en los cuentos
de los mayores:
vivan los muertos,
queden las voces.
XIX
Se fastidió la memoria,
ya no inventa lo que añora.
XX
Poeta: No te oigo.
Inspiración: No te hablé.
XXI
Es ciencia la paciencia
cuando lo que se anhela
mueve las alas.
XXII
Cima de la canción:
el agua,
cuna de la emoción
dormida.
XXIII
El terco a su mula le dijo:
el camino es por acá,
la mula le dio una patada
y se puso a meditar.
XXIV
Nunca es cobarde el que llora
ni el que huye ni el que escapa,
sólo el que habiendo llorado
hace mutis, da la espalda.
XXV
No hay honor
en la mentira
ni en la verdad
si se le envidia.
XXVI
El cielo mira a la tierra,
la tierra mira hacia cielo.
¿Y nosotros qué miramos
si ignoramos intermedios?
XXVII
Dicen los hombres de antaño:
lo mejor fue lo pasado.
Dicen los hombres de hogaño:
¡Desempaquen, despistados!
XXVIII
El niño, como el reo,
aprende a vigilar
mejor que el carcelero.
XXIX
Al mar la luna le dijo:
me recuerdas a un amigo.
El mar apagó sus reflejos
y le dijo: soy yo mismo.
XXX
Dejó el ganador sus cartas
para jugar la ruleta,
cogió el perdedor las suyas
para ganar la prudencia.
XXXI
Dice el jardinero:
es azul es cielo,
dice el velador:
es negro.
¿Y el buen pintor?
De acuerdo.
XXXII
Es la prisa un rumor que ensordece la vida,
es la calma una voz que adormece y alivia.
XXXIII
Finge el buen actor
que la vida es juego
y finge el hombre
que no lo es.
XXXIV
¿Risas provocó la desgracia de un hombre?
Mayor desgracia es, son vulgares sus voces.
XXXV
Secreto de dos:
futura tercia,
secreto de tres:
mañana, pandereta.
XXXVI
También de los cumplidos
que te hagan sospecha:
detrás de algunos cantos
confabulan sirenas.
XXXVII
Estas mismas aguas que altivo rehusarás,
mañana, cuando viejo, también las llorarás.